Intervención de la Delegación LAC en la 44ta Reunión de la Junta del Fondo Mundial

Intervención de la Dra. Mirta Roses, Miembro Alterno de la Junta, encabezando la Delegación LAC ante la Junta del Fondo Mundial, por delegación interina de la Hon. Dra. Mary Isella Isaac, Miembro de la Junta, Senadora y Ministra de Salud de Santa Lucía.

La Delegación de Latinoamérica y EL Caribe agradeció al Director Ejecutivo por su completo informe, el cual refleja adecuadamente los progresos alcanzados en el año 2020 y los desafíos enfrentados debido a la pandemia COVID-19. También, felicitó al Secretariado del FM por las acciones en curso bajo el innovador mecanismo de respuesta para COVID-19 y las Flexibilidades para las Subvenciones, a fin de proteger el mandato central del FM y asegurar una adecuada respuesta que permita la continuidad de los programas.

Al mismo tiempo, manifestó la preocupación por el impacto, principalmente, en la Salud Mental del personal del Secretariado por el aumento en la carga de trabajo, aspecto que deberá ser considerado cuidadosamente, en especial al momento de definir el rol del FM en el panorama de la Seguridad Sanitaria Mundial (SSM).

La Delegación LAC felicitó al Director Ejecutivo y el Secretariado del FM por su compromiso y las medidas tempranas para mitigar el impacto de COVID-19 sobre las cadenas de suministros de productos de salud y acelerar el acceso a insumos críticos, incluyendo diagnósticos, equipos de laboratorio, equipos de protección personal (EPP); también, por su involucramiento en el desarrollo, producción y acceso equitativo a terapéuticas y diagnósticos para COVID-19 que sean seguros, de calidad, efectivos y asequibles, y por el trabajo coordinado sobre vacunas. Además, se reconoció el compromiso proactivo del Director Ejecutivo para trabajar con socios y determinar cómo comprometerse mejor con las compañías para responder a COVID-19, mientras se protegen los diagnósticos disponibles para los programas de las tres enfermedades. Adicionalmente, expresó su apoyo a las nuevas modalidades de trabajo en asociación, como ACT-A, en las cuales el FM juega un rol preponderante liderando su funcionamiento.

A pesar de la incertidumbre, la Delegación manifestó su acuerdo con las prioridades identificadas por el Secretariado del FM para 2021.

El desafío como asociación del Fondo Mundial no es solo mitigar los impactos negativos de COVID-19 sobre VIH, tuberculosis y malaria, sino hacer uso de la pandemia para plantear los posibles desafíos en relación a qué debe hacerse y qué puede hacerse. Deberíamos ver el momento, no solo como una batalla contra el virus, sino como un compromiso para acercarnos al final de las luchas aún pendientes contra el VIH, la tuberculosis y la malaria y proteger a todos de futuras amenazas de enfermedades infecciosas.

En cuanto a la Seguridad Sanitaria Mundial, en el posicionamiento  de LAC sobre el Desarrollo de la Estrategia del FM, hemos manifestado la necesidad de evitar presentar sólo el lado negativo del impacto de COVID-19 sobre VIH/Sida, tuberculosis y malaria, ya que es también una oportunidad para hacer uso de las inversiones hechas, la capacidad de construir y aprender de las lecciones del Fondo Mundial en los últimos 20 años (ej.: sistemas comunitarios, vigilancia, seguimiento de contactos, comunicación sobre el comportamiento, aceptación y uso de preservativo y mosquiteras para informar a las comunidades sobre los riesgos y sobre el uso de medidas de protección, adherencia al tratamiento y medidas preventivas), y no solo protegerse del impacto de las epidemias, dado que el FM se ha transformado en una de las organizaciones más poderosas y adecuadamente financiadas en la salud mundial y el mayor inversor multilateral en subvenciones para sistemas de salud. Las futuras contribuciones del FM para la Seguridad Sanitaria Mundial deberían construirse en primer lugar sobre el mandato actual del FM y cumplir su misión contra el VIH, la tuberculosis y la malaria en una manera que apoye y fortalezca a los países en sus capacidades de prevención, preparación y respuesta.

El análisis en el reporte del Director Ejecutivo es exhaustivo y las observaciones que refleja son coherentes e inspiradoras; tales como la dura comparación entre tuberculosis y COVID-19 que ilustra tanto el desafío como la oportunidad.

Con las tasas actuales, se espera que la tuberculosis y la malaria probablemente afecten al mismo número de personas en 2020 – alrededor de 1,5 millones. El gasto mundial total sobre prevención y tratamiento de TB es alrededor de USD $ 6.5 millones; la cifra equivalente para COVID-19 es cien veces más. El proyecto de investigación y desarrollo para tuberculosis quizás tenga un puñado de productos significativos que podrían ser lanzados sobre los próximos doce meses; para COVID-19, existen cientos de diagnósticos, tratamientos y vacunas en proyecto. También las diferencias de información disponibles son notables: para tuberculosis, sabremos cómo muchas personas mueren como resultado de la enfermedad en octubre 2021; para COVID-19, tendremos ese número el 1 de enero de 2021.

En el frente económico, el impacto negativo del COVID-19 domina al FMI, G20 y los debates de política nacional a través del mundo; pero el lado positivo económico de liberarse de la tuberculosis es escasamente notificado. En economía, como en otras áreas, estamos reconociendo mucho mejor lo que hemos perdido y dejando de lado lo que podríamos ganar.

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