El Fondo Mundial y las organizaciones de sociedad civil salvan la vida de 40 000 personas en Venezuela

Fuente: GFO

Venezuela no era elegible para recibir financiamiento del Fondo Mundial porque es un país de ingresos altos con una carga de enfermedades baja. Sin embargo, la Junta Directiva del Fondo Mundial hizo una excepción y donó recursos para apoyar al pueblo de Venezuela. Con una inversión modesta e inteligente, y en asociación con la sociedad civil, el Fondo Mundial está salvando la vida de más de 40.000 personas que viven con VIH en Venezuela.

Venezuela, el país con las mayores reservas de petróleo del mundo, se ha visto sumido en una emergencia humanitaria compleja producto de malas decisiones que lo han llevado a una recesión económica de más de cinco años, altas tasas de desempleo, hiperinflación y crisis políticas, sociales e institucionales. Además, el impacto de COVID-19 ha hecho al país extremadamente vulnerable.

En octubre de 2019, Venezuela fue considerada como uno de los países menos preparados para mitigar la propagación de epidemias y pandemias al ocupar el puesto 176 de 195 países, según el informe del Global Health Security Index (GHSI). Antes de COVID-19 en Venezuela, los centros de salud tenían acceso esporádico al agua potable. Esto impedía la aplicación de protocolos de higiene adecuados que aumentaban el riesgo de infecciones dentro de los hospitales. En 2019, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que forma parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), llevó a cabo una evaluación de las condiciones de agua, saneamiento e higiene en 17 hospitales. Determinó que el 88,3% de los hospitales evaluados tenían condiciones higiénicas-sanitarias de alto riesgo para la salud de sus usuarios. La evaluación también informó que el 70,6% de los servicios de salud y el 94% de los puntos de lavado de manos no funcionaban. El manejo de la basura y residuos hospitalarios fue generalmente inadecuado.

Las personas que viven con VIH no están excluidas de estos desafíos y son uno de los grupos más vulnerables en la compleja emergencia humanitaria. Todos los componentes de la respuesta al VIH se han visto afectados. Esto incluye prevención, atención, tratamiento, vigilancia epidemiológica, derechos humanos, monitoreo y evaluación. Actualmente, solo se sigue dando tratamiento, con el apoyo de organizaciones internacionales, en particular el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria.
Inversión del Fondo Mundial de $11 millones para la atención del VIH
El Fondo Mundial ha aprobado fondos por $11 millones de dólares para Venezuela. El Fondo Mundial ha financiado tratamientos que salvan vidas para VIH, TB y malaria, ayudado con la adquisición de otros productos básicos y apoyado los esfuerzos de las organizaciones de la sociedad civil para supervisar y documentar la entrega de estos. El Fondo Mundial es la principal fuente de financiación para el tratamiento antirretroviral (ARV) y tratamiento contra la tuberculosis en el país. Sin este apoyo, habría un aumento de las muertes relacionadas con la tuberculosis y el VIH, dada la negativa del gobierno nacional a comprar insumos para la salud.

El financiamiento para Venezuela es el resultado del trabajo conjunto de supervisión e incidencia de las personas que viven con el VIH bajo el liderazgo de la Red Venezolana de Personas Positivas (RVG+), Acción Ciudadana Contra el Sida (ACCSI) y otras organizaciones locales e internacionales, que incluyen el Consejo Internacional de Organizaciones de Servicios para el SIDA (ICASO), AIDS Healthcare Foundation (AHF) y Aid for AIDS, con el apoyo de activistas clave de la región en las delegaciones de la Junta del Fondo Mundial, así como de la OPS y el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA).

Inicialmente, los socios de la sociedad civil en Venezuela se enfocaron en monitorear la entrega de la terapia antirretroviral Tenofovir, Lamivudina y Dolutegravir (TLD), financiada por el Fondo Mundial. Sin embargo, ese enfoque se ha ampliado a la respuesta general al VIH en Venezuela, demostrando la complejidad de la situación y la importancia del monitoreo social de los servicios de salud.

Cuarenta y cinco monitores y navegadores de 20 Estados realizan entrevistas y observaciones directas en los servicios del sistema de salud pública. Si se pueden obtener recursos adicionales, el mismo grupo podría supervisar los servicios de tratamiento de la tuberculosis en 2021. La información recopilada proviene de tres fuentes principales: las personas que viven con el VIH y sus familias; personal de salud que trabaja en las farmacias que entregan ARVs, clínicas de VIH y otros servicios de salud; y personal sanitario que trabaja en las unidades regionales de Coordinación de SIDA de los Estados seleccionados. Así es como los miembros de la sociedad civil saben cuántas personas están recibiendo tratamiento, pueden documentar los desafíos y barreras en la distribución, abordar rápidamente estos y entregar el TLD.
Desafíos persistentes: falta de servicios para las personas que viven con VIH en medio de COVID-19

Sin embargo, sobre la base del monitoreo social y documentación realizado por ACCSI y RVG+ entre enero y julio de 2020, siguen existiendo varios desafíos:

  • Antes de COVID-19, todas las consultas de VIH y las farmacias de ARVs estaban operativas solo por la mañana, de lunes a viernes. Sin embargo, estos servicios de salud se han visto afectados por interrupciones constantes de los servicios de agua, electricidad y comunicaciones (teléfono e internet), menos médicos, enfermeras y otros trabajadores de la salud, infraestructura deteriorada y equipos obsoletos y dañados, entre otros.
  • Las medidas oficiales para frenar la COVID-19 (cuarentena, restricciones de circulación y otras) han impactado la disponibilidad de servicios de tratamiento del VIH. Esto ha afectado a un número significativo de personas que viven con VIH, ya que no pueden acceder a las consultas y a farmacias que dispensan ARV.
  • A través de las donaciones del Fondo Mundial, se han adquirido algunos ARVs alternativos (no TLD) que han comenzado a llegar al país; sin embargo COVID-19 ha obstaculizado la entrega de estos regímenes alternativos, lo que ha dado lugar a una escasez de casi el 70% (y en algunos casos, del 100%) de otros tipos de ARVs.
  • Existe una escasez del 100% de medicamentos para el tratamiento de infecciones oportunistas y comorbilidades en las personas que viven con VIH. Entre los medicamentos con el mayor desabastecimiento se encuentran los que tratan complicaciones respiratorias y cardiovasculares, que están entre las cinco afecciones más frecuentes en las personas que viven con VIH.
  • Hasta hace poco, la ausencia de pruebas de carga viral y otras pruebas de monitoreo continuaron afectando negativamente la salud y la vida de miles de venezolanos que viven con VIH. Sin embargo, con los recursos del Fondo Mundial se han adquirido 25.000 pruebas de carga viral, que han llegado al país pero aún no se han utilizado.
  • La falta de sustitutos de la leche materna, fórmula infantil y suplementos nutricionales para los lactantes y niños que viven con, y están expuestos al, VIH sigue presentando un desafío a la salud y la vida de cientos de niños en Venezuela.
  • Por último, las violaciones de los derechos humanos son desenfrenadas y continúan impunemente. Estas violaciones están documentadas en el Informe de la misión internacional independiente de búsqueda de hechos en Venezuela. La misión determinó que el gobierno, los agentes estatales y los grupos que trabajaban con ellos habían cometido violaciones flagrantes que equivalía a crímenes de lesa humanidad. Los monitores y navegadores de la sociedad civil no han escapado a esta realidad, ya que han sido amenazados y detenidos. Se ha documentado y reportado el acoso a las organizaciones que entregan tratamiento y atención a las personas que viven con VIH. Estos incluyen casos recientes en los que las fuerzas especiales de la policía han confiscado productos sanitarios (incluidos antirretrovirales) y detenido personal. El caso más reciente fue la incautación de un envío de ARVs de Aid for AIDS.

No cabe duda de que más de 40.000 personas que viven con VIH están vivas hoy gracias a la excepción de financiamiento del Fondo Mundial y a las donaciones de ARVs, medicamentos y suministros realizados por organizaciones de cooperación internacional. Sin embargo, estas donaciones no logran cerrar las brechas creadas por la emergencia humanitaria generalizada y compleja.

Ha sido y sigue siendo un proceso de aprendizaje para las organizaciones de la sociedad civil y es un desafío poder coordinar, articular, responder, monitorear, informar y defender dentro del entorno operativo actual en Venezuela. Sin embargo, las inversiones del Fondo Mundial en Venezuela siguen salvando vidas y la inversión en la sociedad civil tiene un gran impacto.

*Mary Ann Torres es la Directora Ejecutiva ICASO
**Alberto Nieves es el Director Ejecutivo de ACCSI
***Eduardo Franco es el Secretario de la RVG+

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