30 de noviembre de 2015
GINEBRA – Con motivo del Día mundial de la lucha contra el sida, el Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria ha declarado su firme apoyo al objetivo de duplicar el número de personas que siguen tratamiento antirretroviral para 2020.
Se han obtenido progresos continuos en la lucha contra el VIH refrendados por resultados impresionantes. El tratamiento antirretroviral administrado en países donde invierte el Fondo Mundial ha aumentado de una cobertura del 4% registrada en 2005 al 21% en 2010 y el 40% en 2014. Según un nuevo informe publicado por el ONUSIDA, los países que están aplicando la estrategia de vía rápida pueden acabar con el sida en 2030.
De los más de 15 millones de personas que actualmente reciben tratamiento antirretroviral en el mundo, 8,1 millones lo hacen gracias a programas financiados por el Fondo Mundial que aumentan de forma constante cada año.
El tratamiento antirretroviral ha sido un factor que ha contribuido enormemente a reducir el número de muertes por sida en más del 40%, pasando de 2 millones en 2004 a 1,1 millones en 2014. La cantidad de nuevas infecciones por VIH también disminuyó en un 36% entre 2000 y 2014 en los países financiados por el Fondo Mundial.
Sin embargo, el sida sigue siendo la principal causa de muerte en mujeres de edad reproductiva y una de las principales causas de muerte en el mundo, con 1,1 millones de fallecimientos registrados en 2014. Desde 2000, más de 38 millones de personas se han infectado con el VIH y solo en 2014 hubo 2 millones de nuevas infecciones.
Las adolescentes y las mujeres jóvenes son mucho más vulnerables al VIH que sus homólogos masculinos. La estigmatización, la discriminación y otras violaciones de los derechos humanos infligidas a las personas con VIH, limitan su acceso a los servicios de salud con lo que aumenta el riesgo de que la enfermedad se propague.
El Fondo Mundial apoya a los países que luchan contra el VIH y aboga por realizar inversiones estratégicas capaces de maximizar los recursos existentes y conseguir una mayor repercusión contra la enfermedad.
No obstante, para acabar con la epidemia en 2030 hace falta trabajar arduamente. La Junta Directiva del Fondo Mundial acaba de aprobar un nuevo marco para su estrategia 2017-2022 destinada a maximizar la repercusión, fortalecer los sistemas para la salud, promover y proteger los derechos humanos y la igualdad de género, y movilizar nuevos recursos.
Trabajar juntos en asociación es esencial para atender a las personas que necesitan tratamiento y ver cumplido el objetivo de poner fin a la epidemia en 2030.