Las nuevas autoridades de la Junta, Dr. Donald Kaberuka como presidente de la Junta (Ruanda) y Lady Roslyn Morauta como vicepresidenta de la Junta (Papúa Nueva Guinea) emitieron una carta de agradecimiento a los miembros de la Junta por haberles otorgado la oportunidad de desempeñarse en este rol en un momento tan importante y se manifestaron absolutamente comprometidos con la responsabilidad que deberán asumir.
Destacan la necesidad de contar con el activo apoyo de los miembros de la Junta para poder alcanzar el éxito esperado. Además, reconocen la necesidad de continuar trabajando sobre la base del encomiable trabajo realizado por las autoridades salientes, Sra. Aida Kurtovic (Bosnia y Herzegovina) y embajador John Simon (Estados Unidos); así como a todos los miembros de la Junta; los comités; la gerencia senior y el personal.
Destacan algunos momentos críticos futuros como la celebración del 20° aniversario que se llevará a cabo en dos años, al igual que, en apenas dos meses, los socios del Fondo Mundial se reunirán por sexta vez en la reposición de recursos para el Fondo Mundial. Luego será el momento de revisar la estrategia actual y definir la manera de articularla con las metas y objetivos globales en salud para 2030.
Agradecen la retroalimentación y aportes recibidos durante las llamadas realizadas con los miembros de la Junta, que han sido un aporte sustantivo para comprender las prioridades y desempeño del Fondo.
A pesar de una década y media de los más altos logros en la historia de la salud alcanzados por el Fondo Mundial y organizaciones asociadas juntamente con los países y las comunidades afectadas; dentro de los nuevos desafíos, reconocen que los problemas de las tres enfermedades todavía son agudos en muchas regiones. De hecho, la tuberculosis aún no ha recibido suficiente atención y ahora las personas que mueren anualmente por esta causa son cada vez más y en mayor número que por otras enfermedades; la resistencia antimicrobiana ha aumentado, los temas de acceso son un hecho; y las personas más vulnerables continúan siendo marginalizadas y estigmatizadas. El entorno es aún más complejo si se consideran las amenazas a los logros alcanzados por las crisis de la seguridad, de migración y refugiados; así como por la amenaza de los frágiles sistemas de salud ante la aparición de nuevas epidemias como el ébola y enfermedades no transmisibles, enfermedades tropicales olvidadas, reaparición de polio y sarampión.
Esta descripción resume el contexto en el cual el FM deberá dar forma a la estrategia. De hecho, no podrá resolver todo; por lo cual, pensando en prospectivo lo imprescindible para 2030, se identifican básicamente tres alternativas:
– Continuar del mismo modo que siempre, es decir, más de lo mismo;
– Retocar el modelo actual; o,
– Dar un giro, considerando las lecciones aprendidas y logros de las últimas dos décadas y el horizonte de los ODS.
Además, refieren que la Junta deberá impulsar la necesidad de generar mayor evidencia de lo que funciona y lo que no funciona tan bien. También se requiere el desglose de la evidencia de impacto, más allá de los títulos sobre nivel de números y figuras. La Junta deberá identificar en profundidad los temas de absorción, que es lo que hace que los países con necesidades urgentes no puedan beneficiarse del apoyo disponible. Por otro lado, se necesitará un mapa de rutas más claro sobre cómo los países implementadores intentarán asumir mayores responsabilidades. La Junta necesitará entender las tendencias a largo plazo de las tres epidemias. También, es necesario comprender qué está funcionando en el sistema de salud primario, y cómo los socios internacionales trabajan en el terreno con los gobiernos y socios locales.
Respecto al financiamiento de las tres enfermedades, la prioridad inmediata de las nuevas autoridades será abogar por la reposición del FM; destacan que el Caso de Inversión es sólido y confían en que se está progresando hacia el objetivo de al menos USD$ 14.000 millones. También se comprometen a prestar especial atención a la autonomía de los países implementadores sobre el espacio fiscal para salud y a abogar por un mayor gasto sobre salud.
En referencia al impacto de las intervenciones del Fondo Mundial identifican la necesidad de asegurar que sea “impulsado por el resultado” y menos “impulsado por el proceso”. La eficacia programática y los resultados son los objetivos finales. Por lo cual proponen enfocarse en cuestiones superadoras a cuatro niveles:
– ¿Cómo se está desempeñando el FM?
– ¿Cómo lo están haciendo los países que reciben el apoyo?
– ¿Cuál es la contribución del FM a dicho esfuerzo?
– ¿Qué es lo que podría hacerse mejor o diferente con los países implementadores y con los socios para maximizar el impacto?
En resumen, se debe acelerar el progreso para mejorar el desempeño del FM, con indicadores claves de desempeño bien trabajados. También, destacan la necesidad de avanzar en las evaluaciones independientes para mejorar el desempeño y aumentar la credibilidad, y como parte de una actividad regular en el marco de evaluaciones de buen desempeño de organizaciones internacionales.
En cuanto a temas de la cultura de gobernanza del FM, la diversidad de representación en la Junta y los Comités, así como riqueza de la experiencia con un amplio rango de socios; destacan la necesidad de enfocarse en debates profundos que permitan fortalecer la eficacia y legitimarla. Apoyan la propuesta del Comité de Estrategia de enfocar los debates de la Junta en temas más estratégicos y de supervisión y dedicar menos tiempo a temas operacionales; para ello será necesario un abordaje que se enfoque en el desarrollo de agendas para las Reuniones de la Junta, como el Comité apoya a la Junta y que tipo de información requiere la Junta para que sus debates sean más estratégicos. También, se requerirá delinear los roles y responsabilidades de la Junta, los Comités y el Secretariado; así mismo trabajar en los mandatos de los Comités, con relación al alcance y la gestión.
Acerca de los países, reconocen la necesidad de que el FM intensifique su trabajo sobre temas de sustentabilidad y transición y la necesidad de incrementar los esfuerzos de movilización de recursos domésticos.
Finalmente, en referencia a la modalidad de trabajo como autoridades de la Junta, se distribuirán las áreas de trabajo, de la siguiente manera: Donald Kaberuka, como presidente de la Junta, liderará compromisos externos, abogacía y movilización de recursos; y Roslyn Morauta, como vicepresidenta, apoyará estos esfuerzos particularmente en la Región del Pacífico. A nivel de la Junta, Donald apoyará con su experiencia en liderazgo estratégico y desarrollo global, complementado por el extenso conocimiento institucional de Roslyn y atención a las vinculaciones entre política e implementación.
Además, Roslyn se enfocará en la eficacia de la gobernanza a través de su extenso conocimiento de la Junta, apoyada por la experiencia de Donald en liderar Juntas internacionales. En resumen, se comprometen a un activo liderazgo de la Junta y al óptimo uso del Grupo de Coordinación.