La finalización de la subvención del Fondo Mundial le planteó a la RedTraSex un desafío común al de otras iniciativas apoyadas por este mecanismo en la región: iniciar un proceso de transición a la sostenibilidad de las acciones en curso. Las organizaciones que conforman la red se reunieron para discutir y planificar cómo convertirse en una organización regional sostenible más allá del Fondo.
Las representantes de los 14 países que conforman la Red de Mujeres Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe (RedTraSex) se reunieron en Buenos Aires del 21 al 24 de febrero con el objetivo de planificar las acciones prioritarias para este año, compartir aciertos y desaciertos como organización regional, y llevar a cabo una revisión del cumplimiento de metas e indicadores del proyecto regional que desarrollaron con el apoyo del Fondo Mundial. También debatieron cómo continuar su trabajo una vez finalizado este proyecto.
Para la secretaria ejecutiva de la RedTraSex, Elena Reynaga, “ser sostenibles es trabajar diariamente en llegar cada vez a más compañeras trabajadoras sexuales, formarnos para generar conciencia en asumir nosotras mismas el protagonismo en la defensa de nuestros derechos. Estamos acostumbradas a delegar en que otras/os nos representen, pero si logramos modificar esa lógica y nos empoderamos mediante la formación y la incidencia política lograremos obtener los recursos para sostener nuestras acciones.”
La planificación del proceso de transición se plasmó en un cronograma de trabajo sobre sostenibilidad para los próximos meses, que incluye la revisión de los planes de trabajo de las organizaciones nacionales, la realización de pasantías entre organizaciones para el intercambio de experiencias, visitas técnicas y capacitaciones virtuales. Finalmente, estos esfuerzos se volcarán en un plan estratégico para el periodo 2018-2022, cuya elaboración está programada para el mes de enero de 2018 en el marco de un nuevo taller regional.
Se espera que próximamente cada organización presente un presupuesto básico para sostener su funcionamiento. Además, deberán destacar el valor agregado que la organización tiene a nivel de país, por ejemplo: 1) las actividades que la organización realiza sin financiamiento, incluyendo los recursos humanos comprometidos con la misión; 2) el impacto que tienen las acciones a nivel nacional, como podrían ser las experiencias con los sindicatos en Colombia o las facilitadoras judiciales en Nicaragua; y 3) un listado de las integrantes de la organizaciones que son consideradas referentes y actoras clave a nivel de país.
“Nuestra Red será sostenible si las organizaciones nacionales se centran en trabajar en la formación y ampliación de su representatividad social y política. Nuestras organizaciones no nacen para dar servicios sino para reivindicar derechos. Esa diferencia la debatimos en nuestro último taller donde comenzamos a discutir si somos organizaciones que priorizan la exigencia de derechos al Estado o focalizamos como prioridad el dar servicios, desde lo cual estaríamos reemplazando al Estado en lugar de interpelarlo”, afirmó Elena Reynaga.