El 2020 será recordado por la mayoría como un año para olvidar. La COVID-19 se ha cobrado más de dos millones y medio de vidas. La pandemia, y las medidas adoptadas por los gobiernos que intentan desesperadamente controlarla, han perjudicado la ejecución de los programas de salud en todo el mundo. 2019 será un año difícil de igualar.

El Fondo Mundial demostró, en el contexto de la pandemia, que representa una de las inversiones más ágiles, austeras y eficaces para combatir enfermedades infecciosas mortales.  Su respuesta a la pandemia fue significativa y rápida: en marzo de 2020 se proporcionaron flexibilidades en las subvenciones, así como fondos nuevos y redirigidos para ayudar a los países a luchar contra la COVID-19, mitigar el impacto en los programas de VIH, tuberculosis y malaria, y evitar que sistemas de salud frágiles se vieran desbordados. Este esfuerzo puso a prueba la madurez de la organización y alteró no solo sus operaciones esenciales, sino también sus progresos en la incorporación de nuevas mejoras planificadas.

La Oficina del Inspector General reaccionó rápidamente, reformulando su plan de aseguramiento, adaptando métodos de investigación y movilizando personal para ayudar en la respuesta de la Secretaría a la COVID-19. Proporcionó más de 5.000 horas persona de asesoramiento sobre riesgos relacionados con la pandemia, controles internos y gobernanza.

A pesar de las alteraciones, la OIG siguió evaluando, analizando e informando sobre el fraude, la corrupción y los abusos. Su trabajo puso de manifiesto que el Fondo Mundial debe ser especialmente proactivo en lo que respecta a la supervisión de los proveedores, el aseguramiento de la calidad de los productos, los conflictos de interés y la lucha contra la explotación y los abusos sexuales a nivel de las entidades ejecutoras, cuestiones que ya habían sido señaladas en las auditorías de la OIG.

A medida que el inevitable impacto financiero de la COVID-19 se haga sentir, será aún más decisivo que el Fondo Mundial sea eficiente. Será fundamental demostrar que la organización ofrece una optimización de los recursos sólida, así como velar por que los países cumplan sus compromisos nacionales y luchen contra las irregularidades y los abusos.

Puede leer el Prólogo del Informe Anual en el siguiente vínculo: Informe OIG 2020